En la historia europea, y especialmente en la historia inglesa, un hombre de gran valor y dignidad, que se destacaba tanto en el campo de batalla como en su vida social de relación, era premiado con el titulo de caballero. Esta designación implicaba que su receptor era un hombre de honor y que además poseía una gran habilidad en el combate.
En Japón, este tipo de hombres era denominado Samurai, siendo objeto de Gran atención y respeto.
En esas épocas, tanto Inglaterra como Japón Constituían estados feudales en los que los caballeros y samurais eran productos puros indispensables de las condiciones sociales en las que se vivía, situación que hoy día no subsiste. Sin embargo, el deseo de alcanzar un gran nivel en un Arte Marcial, en auto disciplinarse y en la defensa personal, aún persiste.
Actualmente, el hombre se esfuerza en un Arte Marcial, intentando alcanzar el Cinturón Negro, como resultado de un aprendizaje para combatir. No obstante, en la misma medida en que progresa en su entrenamiento, se vuelve más consciente de un fuerte impulso: el de moldearse así mismo, transformándose en una mejor persona, no solamente poseedora de una gran habilidad en el combate, si no también de dignidad y honor.
Tradicionalmente, estos han sido siempre los objetivos de un estudiante de Artes Marciales.
El Cinturón Negro es una recompensa otorgada al caballero actual o al moderno samurai, que ha sacrificado muchas horas disciplinando su mente y agotando su cuerpo, en el intento de alcanzar el máximo desarrollo físico y mental posibles. El Cinturón Negro es el símbolo de un experto.
Inicialmente, el sistema de grados fue establecido como una serie de niveles con los que el estudiante podría evaluar su progreso, y el primer Cinturón Negro alcanzado es conocido como Shodan (1º Dan), el primer grado, el paso inicial de esos niveles.
El Shodan significa que el estudiante domina los fundamentos del Arte, y esta ahora preparado para recibir un entrenamiento más avanzado, si continua practicando, podrá optar a otros Danes, indicativos de su progreso.
Esta escala de valores ha probado su eficacia como gran motivador del estudiante, pero también ha originado algunos problemas.
En primer lugar, existe internacionalmente una gran disparidad de criterios. Un sistema de grados universal debería estar ya normalizado y de la misma forma en que un centímetro es igual a otro centímetro, en un sistema de Danes debería serlo de otro.
Es preciso también comprender que esta escala de valores consiste en examinar las reacciones humanas, y debido a las diferencias existentes entre cada persona, es difícil establecer reglas únicas.
El Judo y el Kendo tienen reglas internacionales para evaluar, lo que en parte es producto de su origen exclusivamente japonés, y esas reglas han nacido junto con cada una de esas Artes Marciales.
El Karate en cambio, tiene varias escuelas diferentes, cada una de las cuales poseen sus particulares sistemas de examen.
Cuando el Karate alcanzó una dimensión internacional, varios países acogieron estilos diferentes, cada uno de ellos con sus propias reglas, y este hecho permitió que personas no cualificadas y de diferentes estilos se permitían el lujo de examinar de Cinturón Negro a personas que demuestran unas técnicas y un espíritu diferente al que ellos practican.
Esta actitud no sólo es peligrosa para el propio estudiante de Karate, si no que degrada la calidad de todo Arte Marcial y el resultado final es que muchos Cinturones Negros constituyen un mal ejemplo, produciendo también una mala imagen del Arte Marcial.
Cada Karateka debería saber que el Cinturón Negro no es un regalo, sino un objetivo y un símbolo de la realización de un gran esfuerzo, dentro de un sistema de grados de la máxima calidad, del que se beneficia el estudiante y el Karate en general.
Esta interpretación de los Danes debería instilar un sentimiento de orgullo a quien recibe un Dan a través de un entrenamiento riguroso.
Los Caballeros y los Samurais de antaño evitaban todo acto que pudiera empañar o poner en tela de juicio su honor. ¿Desean los Senseis y Cinturones Negros modernos tener una actitud diferente a la de ellos, respecto de su propio honor?.
A partir de la posesión de un Cinturón Negro, la actitud mental debe pasar a primer plano y las normas de comportamiento, deben ser más estrictas en cuanto actitud, espíritu y comportamiento.
Respecto a la práctica o entrenamiento, Sensei Funakoshi afirma que es preciso entregarse totalmente, llegar hasta el limite psicofísico de cada uno, porque sólo así es posible progresar psicológicamente.
Un Cinturón Negro tiene que superar el nerviosismo, el miedo, la derrota, el fracaso, la rutina, de cualquier situación de la vida. Esta superación debe demostrarse más, según sea su grado de Dan.
¿Cómo hacer compatible este principio, con la motivación que se da a los competidores o campeones actuales, basada en el deseo encarnizado de vencer por encima de todo, cueste lo que cueste? ¿Cómo decirle a un competidor que va a disputar la final de un campeonato?: Mira no te preocupes, no pienses en vencer ni perder....Cuando a un competidor, momentos antes de un combate, se le pide que conserve la calma, que no se ponga nervioso o que no tenga miedo, se le está pidiendo algo imposible, puesto que su espíritu está lleno de deseo de vencer y el miedo de perder, porque su entrenador, su equipo, su ciudad o su nación, le han inculcado desde hace mucho tiempo atrás, la idea de que es preciso vencer, y ese deseo es el origen de la duda, el miedo y el nerviosismo.
¿Cómo educarlo? ¿Cómo liberarse de los deseos, el temor, la angustia, las ataduras, los lazos, etc...? Solo el estudio del auténtico Karate-do, te podrá transmitir estos sentimientos a partir de que obtengas un grado de Cinturón Negro, y siempre claro está, con un auténtico Maestro, al cual su nivel a sido reconocido por una auténtica y prestigiosa organización de Karate-do.
Escrito realizado por el Sensei: Hidetaka Nishiyama, 9º Dan de Karate-Do Shotokan.
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