LAS INFLUENCIAS DEL CINTURON NEGRO

El uso del cinturón negro apareció alrededor del año 1907, cuando el creador del Judo, Jigoro Kano, reemplazó la utilización de una faja negra por un cinturón similar al que vemos hoy. Para la gente que practica su Karate de manera tradicional, significan muy poco.

El fundador de la tradición Goju-Ryu, Chojun Miyagi, al igual que muchos de sus contemporáneos okinawenses, nunca sintió la necesidad de utilizar cinturones para marcar el progreso del alumno, y por tanto nunca concedió ninguno.

EL sensei, Eiichi Miyazato, que fue un alumno avanzado de Chojun Miyagi, explicó claramente un día su punto de vista sobre este tema. Dijo que la opinión de su profesor sobre el asunto era clara: “Si tu Karate es lo suficientemente bueno, no necesitas un cinturón negro para demostrarlo; y si no lo es, no deberías llevar uno”.

Esa declaración siempre ha sido tan acertada como directa, pero como la opinión de Miyagi Sensei no fue adoptada por la corriente principal de profesores de Karate de la época, la concesión de cinturones ha llegado a formar parte de la tradición del Karate. Hay que decir, no obstante, que aunque Miyagi tuvo varios alumnos muy hábiles, nunca otorgó un cinturón negro a ninguno de ellos. Obviamente, ¡actuaba en consecuencia!

Ningún Estándar Internacional de Cinturones Negros

Es importante entender claramente lo que se supone que los cinturones representan en realidad. Muchas personas del público desinformado e incluso innumerables karatekas creen que un cinturón negro simboliza un nivel de maestría, cuando en realidad nada podría estar más lejos de la realidad.

Por ejemplo, no hay ningún estándar reconocido internacionalmente para los grados de cinturón negro que se conceden en Karate: es todo puramente subjetivo. Lamentablemente, aunque puede que no sea de extrañar, dada la realidad de la naturaleza humana, esto ha conducido a una especie de corrupción. A pesar de ser inofensiva en muchos aspectos, dado que la mayoría de personas en el mundo no tienen ningún interés en Karate, esta corrupción, si se le puede llamar así, siempre ha ocasionado problemas a los karatekas en el pasado, y sospecho que continuará haciéndolo en el futuro.

Para aquellos individuos desprevenidos cuya ingenuidad los coloca en el camino de la gente que quiere ganar dinero fácil, su experiencia en Karate a menudo se hace mucho más difícil, y mucho más negativa, de lo necesario. Cuando vayas en busca de profesor, harías bien en recordar que hay que utilizar amplias cantidades de sentido común, y quizá prestar atención al viejo consejo de la expresión ¡Caveat emptor! Cuidado por parte del comprador.

En marzo de 1971, la Federación de Organizaciones de Karatedo de Todo Japón (FAJKO), intentó resolver el asunto de la consistencia adoptando un sistema de graduación estándar conocido como dan-i. Tenían la esperanza de que todos los demás países les seguirían. Pero eso nunca sucedió, y a día de hoy cada organización de Karate continúa otorgando grados como y cuando lo estima oportuno, y por todo tipo de razones, muchas de las cuales no tienen absolutamente nada que ver con la habilidad o conocimiento de la persona.

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